“La excelencia del daiquiri lo consigue un lloretense”
La relación de Lloret de Mar con el daiquiri es una historia tan apasionante cómo desconocida. Una historia que no se puede entender sin tener en cuenta la importante impronta que dejaron los lloretenses que se establecieron en La Habana en los siglos XIX y XX, los llamados americanos. Poca gente sabe que fue un lloretense, Constantí Ribalaigua y Vert, quién sublimó la receta del daiquiri hasta llevarla a la perfección.
Constantí Ribalaigua nació en 1888 en Lloret de Mar y en 1899 emigró a Cuba con su familia. Muy pronto empezó a trabajar en el Floridita que, en aquel entonces, era propiedad de otros lloretenses, Narciso y Francesc Sala Parera. Constantí les compró el establecimiento en 1918. Empezaba de este modo una trayectoria que lo llevaría a ser considerado el mejor coctelera del siglo XX.
Entre los hitos de este lloretense ilustre hay que destacar los más de 150 cócteles que inventó, cinco de los cuales los expertos sitúan entre los 10 mejores cócteles caribeños de todos los tiempos.
Constantí es el creador del Daiquiri Frozen, también conocido como daiquiri floridita o daiquiri lloretense. Su secreto es bien sencillo y, por eso, genial: Constantí es el primero que añade hielo picado al combinado para obtener una bebida más refrescante y de textura diferente. El éxito es inmediato. Hemingway, asiduo al Floridita y fan de Constantí, lo dijo mejor que nadie: